Todos tenemos que entender la marca, los que la hacemos desde cada posición. Entender su historia, su camino hacia adelante, sus oportunidades.

Sino ¿cómo esperamos que la entiendan los usuarios?

Una vez que estamos todos de acuerdo en la forma que vamos a jugar es mas fácil ganar.

La mejor manera de resolver un problema es aceptarlo y buscar soluciones. Más de la mitad de los profesionales que toman decisiones para marcas no están capacitados para hacer briefs.

Tenemos que hacerlo juntos, trabajarlo como parte de un proceso natural para llegar siempre a las mejores ideas. Y los que manejan la marca tienen que saber lo que quieren.

Alimentemos las ideas, démosle tiempo, démosle aire, llevemos las ideas de paseo, vamos al cine, caminemos juntos. Esa idea puede darnos mucho más de lo que llegó ese primer día, tambaleante, errática, pero poderosamente luminosa.

Hacer las cosas sobre seguro nunca logra grandes resultados.

Las personas, los usuarios, tienen cosas más importantes que prestarle atención a tu marca, si no haces algo realmente profundo, que desafíe los límites, que ilumine el camino, nadie va a levantar la cabeza para mirarte. Mucho menos para comprarte.

Todos somos responsables de los éxitos y de los fracasos, estamos en el mismo barco. Nadie se salva solo. Tenemos que trabajar juntos todo el tiempo, el negocio es de todos. La idea es no sacarle plata a las marcas sino sumarle valor. Y por eso somos reconocidos todos.

Volver a lo primario. Buscar el paso que sigue naturalmente. La duda como bandera.

La certeza en la suela. La pregunta constante. Lo silvestre, lo que crece de manera marginal. Lo que sobrevive. Explorar a riesgo de casi todo. Inestable como proceso de dinámica. Reírse de todo.

Nada sucede cuando se replica. Todo para ser visibles. Todo para ser interesantes.